Antes de comenzar tu retiro, respira profundamente y sé consciente de la presencia amorosa de Dios.
Lucas 1:45
¡Dichosa tú que creíste! Porque se cumplirá lo que el Señor te anunció.
Instructores y entrenadores personales nos dicen que creer es el primer paso para hacer que un sueño se haga realidad. Isabel enunció esa bendición para María. María creyó las palabras del ángel que le anunciaba que había sido elegida para ser la madre de Jesús. El creer, como acto de fe, no es una poción mágica que hace que lo imposible pueda ocurrir, sino que el creer y la fe dejan que Dios haga lo que sólo el puede hacer. La creencia de Maria es un rayo de esperanza para nosotros. Nos dice que seamos receptivos y que pongamos nuestra fe en Dios, que “ha hecho grandes cosas“.
¿Qué es lo que dificulta mi fe?
¿Cómo dejo ver que creo en las promesas de Dios?
(Habla con Dios rezando la siguiente oración o usando tus propias palabras.) Dios en quien tengo esperanza, quita aquello que no deja ver a mi corazón, e incrementa mi fe. Como hizo Maria, deja que proclame las grandes cosas que has hecho por mí.