Antes de comenzar tu retiro, toma una breve pausa para dejar de lado todas las distracciones. Respira profundamente y descansa en la presencia amorosa de Dios.
Hechos de los Apóstoles 2:3-4
Aparecieron lenguas como de fuego, que descendieron por separado sobre cada uno de ellos. Se llenaron todos de Espíritu Santo…
Reunidos en un salón, los discípulos eran conscientes de que algo pasaba. En primer lugar, el sonido de un fuerte viento y luego lenguas de fuego anunciaban la venida del Espíritu Santo. Después de recibir al Espíritu Santo, los discípulos fueron transformados para siempre y comenzaron a dar testimonio del Evangelio. El Espíritu Santo también transforma nuestras vidas. En los sacramentos de Bautismo y Confirmación recibimos la gracia por medio del Espíritu Santo. Esta gracia nos ayuda a dedicar nuestra vida a Dios y a vivir como signos de la presencia de Dios en el mundo.
¿Cuándo he sido consciente de los movimientos del Espíritu Santo en mi interior?
¿Qué significa para mí dedicar mi vida a Dios?
(Reza al Espíritu Santo la siguiente oración o hazlo usando tus propias palabras). Ven, Espíritu Santo, renueva mi corazón, lléname con la gracia que necesito para dar testimonio de la Buena Nueva de Jesús en mi vida.