Antes de comenzar tu retiro, toma una breve pausa y relájate. Respira profundamente. Recuerda lo mucho que te ama Dios.
Salmos 63:2
¡Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo: mi garganta está sedienta de ti, mi carne desfallece por ti como tierra seca, reseca sin agua!
Tenemos un espacio vacío dentro de nosotros que sólo Dios puede llenar. El salmista describe la experiencia con elocuencia. Anhelar a Dios es una experiencia integral: cuerpo y alma. Nuestras vidas ocupadas a veces ocultan nuestro anhelo o nos llevan a buscar en otras direcciones. Cuando dejamos ocultados nuestros anhelos algo dentro de nosotros empieza a secarse. Nos sentimos como “tierra seca, reseca sin agua“. Reconocer que anhelamos a Dios mismo nos pone en el camino que nos lleva a buscar a Dios en la oración.
¿Cómo puede mi vida ocupada cubrir mi anhelo por Dios? ¿Cómo se expresa mi anhelo por Dios?
¿Qué imagen describe mejor cómo busco a Dios?
(Reza la siguiente oración o hazlo usando tus propias palabras.) Dios fiel, gracias por hacer que tenga hambre y sed de ti en mi interior. Concédeme la gracia de nunca dejar de anhelarte.