Antes de comenzar tu retiro, prepárate tomando una pausa para relajarte. Respira lenta y profundamente. Cuando estés relajado, deja que la presencia bondadosa de Dios te llene con cada respiración que tomes.
Exodo 20:15-17
No robarás. No darás testimonio falso contra tu prójimo. No codiciarás los bienes de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su toro, ni su asno, ni nada que sea de él.
Estos cuatro mandamientos se centran en lo que pertenece a los demás, ya sean posesiones o su buena reputación. Todos sabemos lo que significa el querer estar “a la altura de nuestros vecinos“. La envidia nos quita la energía, la gratitud y la alegría. Cuando nos dedicamos a pensar en lo que los demás tienen, nos convertimos en esclavos de las posesiones y nos olvidamos de lo que realmente importa: las personas y nuestras relaciones con los demás. Cuando dirigimos nuestro esfuerzo a lograr objetivos equivocados nos quedamos sin energía para dedicar a la misión que se nos ha encomendado: vivir en el amor de Dios.
¿De qué formas me he sentido esclavizado por las posesiones?
¿De qué manera interfieren las posesiones con las relaciones personales en mi vida?
(Habla con Dios rezando la siguiente oración o usando tus propias palabras.) Dios de todos los dones buenos, dame un corazón agradecido por todo lo que tengo y por las muchas maneras en las que mis relaciones personales muestran tu amor por mí.