Antes de comenzar tu retiro, toma una breve pausa y relájate. Respira profundamente. Recuerda lo mucho que te ama Dios.
Juan 15:10-12
Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor; lo mismo que yo he cumplido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que participen de mi alegría y sean plenamente felices. Este es mi mandmiento: que se amen unos a otros como yo los he amado.
Guardar los mandamientos de Dios nos mantiene en una buena y correcta relación con Dios y con los demás. Al estar en relación correcta, podemos estar más abiertos al amor de Dios y querer compartirlo con los demás. Sabemos cómo podemos sentirnos malhumorados y aislados cuando el pecado se interpone entre nosotros y los demás. Estar en buena relación con Dios y con los demás es verdaderamente una fuente de alegría. Para Jesús, la fuente de su alegría es la relación que tiene con el Padre; y él desea esa alegría para nosotros. Es tan sencillo como amar al prójimo como Jesús nos ama.
¿Estoy dispuesto a que me llene la alegría que Jesús siente por mí?
¿Qué me impide amar más fielmente a los demás de la misma manera en que Jesús me ama?
(Habla con Jesús rezando la siguiente oración o usando tus propias palabras.) Jesús, quiero vivir en la alegría de una relación correcta contigo. Dáme la gracia de aceptar tu amor y de amar a otros como tú me amas.