Antes de comenzar tu retiro, toma una breve pausa para enfocarte en tu interior. Respira lenta y profundamente mientras recuerdas que estás en la presencia amorosa de Dios a lo largo de esta jornada de amor.
Isaias 49:6
Te hago luz de las naciones para que mi salvación alcance hasta el confín de la tierra.
Cada uno de nosotros está llamado a ser luz de las naciones. La luz se genera cuando respondemos a la vocación a la que estamos llamados en la vida y cuando cada uno de nosotros reconoce y desarrolla los talentos que son parte integrante de nuestra vocación. La luz que llevamos trae la salvación al mundo. Nos convertimos en colaboradores de Dios en la obra de la salvación. ¿Cómo lo hacemos? Por la acción del Espíritu Santo que es la vida misma de Dios trabajando en nosotros y a través de nosotros. Entre más nos abrimos a la inspiración del Espíritu Santo con más claridad brillará la luz de la salvación de Dios.
¿Cómo estoy participando en la obra de la salvación de Dios?
¿Qué tan abierto estoy a la acción del Espíritu Santo en mi vida?
(Habla con Dios usando tus propias palabras o recitando la siguiente oración). Espíritu de Dios, actúa en mí y ayúdame a usar mis dones para cooperar en el plan de salvación de Dios.