Dedica unos momentos a relajarte y a encontrar la serenidad interior. Presta atención a tu respiración. Sé consciente de la presencia de Dios en la parte más profunda de tu ser.
Levitico 26:12
Caminaré entre ustedes y seré su Dios y ustedes serán mi pueblo.
Cuando Dios hace una promesa podemos tener la certeza de que no la va a romper. Estamos íntimamente unidos al Dios que nos creó y que continúa cuidándonos. Dios, siempre presente entre nosotros, nos hace percibir su amor y preocupación constantes. Pero ninguna relación va en una única dirección. Ser el pueblo de Dios requiere que pongamos algo de nuestra parte. En el corazón de nuestro viaje espiritual se da un intercambio de invitaciones y respuestas. Dios nos invita a aceptar una alianza y nosotros respondemos al aceptar su palabra y responder con amor y generosidad.
¿Cómo fuiconsciente hoy de la presencia de Dios? ¿Cómo respondí?
¿Qué circunstancias ha utilizado Dios para invitarme a tener una relación más profunda con él?
(Habla con Dios rezando la siguiente oración o usando tus propias palabras.) Dios que nos amas; no existe la vida sin ti. Ayúdame a responder con todo mi corazón a tu invitación para pertenecerte y vivir en relación contigo.