Tomar unos momentos para buscar dentro de ti un lugar de silencio. Mientras atiendes a tu respiración, dejar que el aliento de Dios, su Espíritu, te llena.
Juan 16:13
Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, los guiará hasta la verdad plena. Porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que ha oído y les anunciará el futuro.
Jesús les asegura a los discípulos que aunque él va a regresar con quien le envió, ellos no van a ser abandonados ni van a estar nunca solos. Un don, el Espíritu, vendrá a ellos. Este Espíritu les traerá consuelo y comprensión. En nuestras propias vidas podemos notar que crecemos en entendimiento y conocimiento de la verdad de Dios. Lo que una vez supimos ahora lo sabemos más profundamente. Lo que puede que hayamos oído con poca claridad o de forma incompleta en el pasado, ahora lo entendemos de otra manera. El papel del Espíritu Santo es guiarnos hacia esta verdad, este nuevo lugar de entendimiento, esta nueva profundización de la fe, esta nueva vida en Dios -Padre, Hijo y Espíritu-.
¿Cómo he reconocido la presencia del Espíritu en mi propio camino de fe?
¿Qué cosas no me dejan escuchar al Espíritu?
(Habla con Dios con tus propias palabras o hazlo con la siguiente oración). Dios, fuente de toda vida, continúa bendiciéndome con el movimiento de tu Espíritu en mi vida. Ayúdame a mantenerme abierto al don de la vida nueva que viene de ti a través del Espíritu Santo.