Dedica unos momentos a relajarte y a encontrar la serenidad interior. Presta atención a tu respiración. Sé consciente de la presencia de Dios en la parte más profunda de tu ser.
Salmos 96:2
Canten al Señor, bendigan su Nombre, pregonen día tras día su victoria.
Cualquiera que haya estado perdido sabe cuánta alegría y alivio se siente al encontrar finalmente el camino hacia un lugar seguro. El salmista da gloria a Dios porque podemos alcanzar la salvación. Jesús nos ha anunciado el camino hacia la salvación. Nuestros corazones deberían cantar con júbilo. Jesús, fiel a los Diez Mandamientos y al deseo de su Padre celestial, nos ofrece el ejemplo de cómo vivir. Cuando Jesús sufrió y murió, rompió las barreras del pecado y la muerte para ofrecernos la esperanza de una vida eterna. La salvación está aquí; que nuestros corazones canten alabanzas al Señor todos los días.
¿Qué le hace cantar a mi corazón?
¿Qué cosas me producen una gran alegría? ¿Cómo son esos momentos un reflejo del amor que Dios me tiene?
(Habla con tu Padre usando tus propias palabras o hazlo con la siguiente oración). Gloria a ti, Dios, por mi salvación; tú me liberaste de las cadenas del pecado con el sacrificio de tu hijo, Jesús. Haz que mi corazón cante con gratitud, compartiendo con otros tu gran amor.