Antes de comenzar tu retiro, toma una breve pausa para enfocarte en tu interior. Respira lenta y profundamente mientras recuerdas que estás en la presencia amorosa de Dios a lo largo de esta jornada de amor.
Mateo 22:37-38
Jesús le respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el precepto más importante”.
La respuesta que Jesús dio a los fariseos no deja rastro de duda. Somos llamados a entregar nuestro corazón, alma y pensamiento a Dios. Es el más importante y primer mandamiento porque lo pide todo. Ser discípulo no es para los que no se entregan. Seguir a Jesús es ahondar continuamente en una relación de amor con Dios. Como en cualquier relación, a medida que estamos más cercanos al ser amado nos parecemos más a él. Vivir el primer mandamiento de forma consciente nos da la oportunidad de acercarnos al pensamiento y al corazón de Dios y de compartir los frutos de nuestra relación con el resto del mundo.
¿Cómo puedo rendir hoy mi corazón, alma y pensamiento a Dios de una forma más plena?
¿Hay algo que me impide amar a Dios con todo mi corazón, alma y pensamiento?
(Reza a Jesús, puedes usar esta oración o tus propias palabras). Jesús, ayúdame a rendirme totalmente al amor de Dios.