Al comenzar tu retiro, deja de lado todas tus distracciones. Respira profundamente. Abre tu mente y tu corazón a Dios.
1 Corintios 10:16
La copa de bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? El pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo?
La participación en la Eucaristía no es pasiva sino activa. El cáliz que bendecimos y el pan que partimos son acciones que nos permite ser parte del Cuerpo de Cristo. Como el Cuerpo de Cristo, nosotros somos la presencia de Cristo en el mundo y así continuamos su misión de servicio y amor. Del mismo modo que Jesús derramó su sangre y partió su cuerpo durante la crucifixión, nosotros somos derramados y partidos al servir a los demás en el mundo.
¿Cómo se me ha presentado el reto de vivir en servicio a los demás en mi vida diaria?
¿Qué ayuda necesito de Jesús para hacerlo?
(Reza tu propia oración o usa la siguiente). Jesús, fuente de vida y salvación, lléname con tu vida para que sirviendo a los demás en tu nombre pueda ser cada vez mejor Cristo para los demás.