Antes de comenzar tu retiro, prepárate tomando una pausa para relajarte. Respira lenta y profundamente. Cuando estés relajado, deja que la presencia bondadosa de Dios te llene con cada respiración que tomes.
1 Pedro 4:11
Quien predica, hable como quien entrega palabras de Dios; el que ejerce algún ministerio háganlo como quién recibe de Dios ese poder; de modo que en todo sea glorificado Dios por medio de Jesucristo.
A veces puede parecernos que la ayuda que les prestamos a los demás no es tan importante porque el hacerlo nos hace sentir bien. Pedro nos recuerda que debemos darle mérito a aquello que lo merece. Dios es el origen de nuestras buenas obras. El bien que hacemos es el resultado de la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas. Es bueno que nos sintamos bien con nosotros mismos cuando ayudamos a los demás, pero tenemos que tener presente que el bien que hacemos proviene de los dones que Dios nos has dado, el ejemplo de Jesús y la inspiración del Espíritu Santo.
¿Cómo puedo abrirme y dejar que la obra de Dios actúe en mi vida?
¿Cómo expreso mi gratitud cuando reconozco la obra de Dios en las vidas de los demás?
(Da gracias y alaba a Dios rezando la siguiente oración o usando tus propias palabras.) Gloria a ti, Dios, que me das todas las cosas buenas, a Jesús, mi maestro y fuente de salvación, y al Espíritu Santo, que me asiste y guía.