Dedica unos momentos a relajarte y a encontrar la serenidad interior. Presta atención a tu respiración. Sé consciente de la presencia de Dios en la parte más profunda de tu ser.
Efesios 4:4
Uno es el cuerpo, uno el Espíritu, como una es la esperanza a que han sido llamados.
Imagínate abriendo una bolsa de caramelos de goma y descubrir que todos son exactamente iguales. Nos parecería que algo no está bien. Esperamos que sean diferentes. En este pasaje, San Pablo hace hincapié en que somos uno en la unidad con Cristo y con nosotros. Esta unidad no quiere decir que somos como los caramelos idénticos. El Espíritu Santo llama a cada uno de nosotros de una manera específica para servir a la comunidad. Los miembros de la Iglesia servimos a Dios a través de diferentes vocaciones, pero el propósito es el mismo: servir al Reino de Dios.
¿Cómo puedo animar a otros a estar dispuestos a servir a la comunidad?
¿Cómo he sido llamado a servir al Reino de Dios?
(Reza reverentemente esta oración o hazlo usando tus propias palabras.) Espíritu de unidad, ayúdame a servir al Reino de Dios en las maneras en que me has llamado.