Dedica unos momentos a relajarte y a encontrar la serenidad interior. Presta atención a tu respiración. Sé consciente de la presencia de Dios en tu interior.
Genesis 3:15
Pongo enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la suya: ella te herirá la cabeza cuando tú hieras su talón.
A la vez que el dolor del pecado se extiende por el mundo, Dios nos habla de aquel que luchará contra el demonio que tentó a Adán y a Eva. Cuando escuchamos susurros o gritos tentándonos a alejarnos de Dios, recordamos la historia de la caída de Adán y Eva. Incluso cuando le damos la espalda a Dios, él no nos abandona. Jesús y el Espíritu Santo están presentes en nuestras vidas para ayudarnos a vencer a la tentación y vivir una vida de fidelidad a Dios.
¿Cómo me siento tentado a alejarme de Dios y los demás?
¿Qué pasos puedo dar para estar más abierto a recibir la gracia de Dios en mi vida?
(Habla con Dios rezando la siguiente oración o usando tus propias palabras.) Cuando te doy la espalda, Señor, mi Dios, ten piedad. Cuando le doy la espalda a los que están a mi lado, Señor, ten piedad. Cuando escucho la Palabra de Dios, gracias, Señor. Cuando abro mi corazón a los demás, gracias, Señor.