Antes de comenzar tu retiro, toma una breve pausa y relájate. Respira profundamente. Recuerda lo mucho que te ama Dios.
Joel 2:12-13
Pero ahora—oráculo del Señor–, conviértanse a mí de todo corazón, con ayuno, con llanto, con luto. Rasguen los corazones y no los vestidos; conviértanse al Señor su Dios; que es compasivo y clemente, paciente y misericordioso, y se arrepiente de las amenazas.
Nunca es tarde con Dios. “Pero ahora?“, dice Joel. Pero ahora, después de que hemos dejado pasar tanto tiempo desde que hemos hablado con ese pariente ingrato o después de ese argumento no resuelto con un compañero de trabajo... Aún ahora podemos regresar a Dios esperando recibir su bondad y misericordia. Nuestro regreso, o conversión, debe brotar del corazón. Cuando estemos movidos desde la profundidad de nuestro ser a regresar al Señor, nuestro Dios, encontraremos instintivamente el camino de regreso hacia los demás y experimentaremos el bondadoso y misericordioso perdón de Dios.
¿Confío de verdad en el bondadoso y misericordioso perdón de Dios?
¿Cuándo he experimentado a Dios como compasivo y clemente?
(Reza a Dios la siguiente oración o hazlo usando tus propias palabras). Dios de bondad y misericordia, tu amor constante por mí va más allá de mi comprensión. Ayúdame a crecer en mi deseo de regresar a ti confiadamente, con todo mi corazón.