Dedica unos momentos a relajarte y a encontrar la serenidad interior. Presta atención a tu respiración. Sé consciente de la presencia de Dios en la parte más profunda de tu ser.
Isaias 49:15
¿Puede una madre olvidarse de su criatura, dejar de querer al hijo de sus entrañas? Pero, aunque ella se olvide, yo no te olvidaré.
La Biblia, en esencia, nos habla del profundo amor que Dios nos tiene, que va mucho más allá de nuestro entendimiento. No podemos siquiera imaginar cómo una madre puede darle la espalda a su propio hijo. Isaías nos invita a imaginar que el amor que Dios nos tiene es incluso más profundo que el amor entre una madre y su hijo. El amor de Dios es tan inmenso que podemos contar con su poder para abrazarnos y acogernos incluso cuando pecamos.
¿Qué es lo que me impide creer en la inmensidad del amor que me tiene Dios?
¿Cómo se me invita hoy a sentir el amor de Dios?
(Reza a Dios usando éstas o tus propias palabras). Dios del amor y la misericordia, ayúdame a reconocer la verdad de mi ser pecaminoso y a acercarme a ti con la certeza de tu amor y compasión.