Antes de comenzar tu retiro, respira profundamente y sé consciente de la presencia amorosa de Dios.
Deuteronomio 6:4-5
Escucha, israel, el Señor, nuestro Dios, es solamente uno. Amarás al Señor, tu Dios, con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas.
Cuando un niño nace sus padres se rinden ante la maravilla de una vida nueva. Descubren un amor tan profundo que ni siquiera sabían que podía existir, un amor que consume todo su ser. Este no es más que una fracción del amor que Dios nos tiene y del amor que nosotros le deberíamos profesar en agradecimiento. Este es un amor que nos hace sentir completos.
¿De qué maneras es incondicional mi amor por Dios Padre?
¿Me ha consumido alguna vez mi amor por Dios Padre?
(Habla con Dios con tus propias palabras o hazlo con la siguiente oración). Dios que nos amas, te pido que mi ser se llene de ti. Gracias por tu amor, siempre presente, siempre fuerte, siempre total.