Antes de comenzar tu retiro, toma una breve pausa. Respira profundamente tres veces. Sé consciente de la presencia amorosa de Dios, quien te acompaña en esta jornada de crecimiento y descubrimiento.
Lucas 10:2
[Jesús] les decía: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los campos que envíe trabajadores para su cosecha”.
Así como Jesús envió a sus discípulos en misión, también nos envía a nosotros a proclamar la Buena Nueva. Nosotros somos los trabajadores y la cosecha son todos aquellos con quienes nos encontramos por el camino. Hay tantas personas que esperan oír la Buena Nueva... desde el empleado en la tienda al padre de familia esperando en el parking o hasta la persona a nuestro lado en el banco de iglesia. Un dicho conocido nos dice, “Tú puede ser el único Evangelio que otra persona lea“. La mejor manera de proclamar la Buena Nueva está en cómo cuidamos y amamos a los demás.
¿Quiénes son aquellos con quienes nos encontramos diariamente por el camino y que son imagen de Dios? ¿A quines hago la vista gorda?
¿Cómo proclamo la Buena Nueva más fielmente a través de mi actitud y mis acciones?
(Reza a Dios la siguiente oración o hazlo usando tus propias palabras.) Dios, has escito tu palabra en mi corazón. Concédeme la gracia de compartir tu Buena Nueva a través de todo lo que hago.