Antes de comenzar tu retiro, prepárate tomando una pausa para relajarte. Respira lenta y profundamente. Cuando estés relajado, deja que la presencia bondadosa de Dios te llene con cada respiración que tomes.
Hechos de los Apóstoles 2:38
Pedro les contestó: “Arrepiéntanse y háganse bautizar invocando el nombre de Jesucristo, para que se les perdonen los pecados, así recibirán el don del Espíritu Santo.
Pedro dirigió estas palabras a la multitud reunida el día de Pentecostés. Algunos de los presentes estaban afligidos porque se dieron cuenta de que Jesús sí era el Mesías, pero ahora que se había ido parecía tarde para hacer algo al respecto. Pedro y los discípulos se dirigieron a la multitud para proclamar que Jesús no se había ido, sino que había resucitado y enviado a su Espíritu Santo. Las palabras de Pedro levantaron el ánimo de la gente. Fue como si dijera: “No se preocupen, nada se ha perdido. Todavía hay tiempo de cambiar de opinión y regresar, pues Dios siempre anhela reconciliarse contigo“.
¿En qué aspectos de mi vida siento que todo está perdido?
¿Qué puedo hacer para remediarlo? ¿Cómo me está llamando Dios a la reconciliación?
(Habla con Dios usando tus propias palabras o recitando la siguiente oración). Dios amoroso, tú siempre estás ahí, ayudándome y atrayéndome hacia ti. Envuélveme en tu amor y lléname con tu Espíritu Santo.