Dedica unos momentos a relajarte y a encontrar la serenidad interior. Presta atención a tu respiración. Sé consciente de la presencia de Dios en tu interior.
1 Corintios 6:19
¿No saben que su cuerpo es santuario del Espíritu Santo, que han recibido de Dios y habita en ustedes? De modo que no se pertenecen a sí mismos…
Este cuerpo en el que habito es un templo. ¬°Qué pensamiento tan maravilloso! Cuando miro al templo que es mi cuerpo, ¿Qué es lo que me dice sobre la razón de ser de mi vida? ¿Qué les dice a los demás sobre quién soy yo y lo que represento? Mi cuerpo es un templo en el que vive el Espíritu de Dios. Yo no me pertenezco y tampoco tengo total control. Nadie lo tiene. Cada día se nos invita a ser conscientes de que nuestra vida, toda la vida, es sagrada porque el Creador de toda la vida nos hizo y habita dentro de nosotros.
¿De qué forma soy consciente de lo sagrado de mi vida, de toda la vida?
¿Qué cosas puedo hacer hoy de forma diferente para recordarme a mí mismo que soy templo del Espíritu Santo?
(Habla con Dios rezando la siguiente oración o usando tus propias palabras). Dios de toda la Creación, tú que llenas la tierra con tu Espíritu y haces que todo sea sagrado, concédeme la gracia para que pueda crecer en la conciencia de mi propia dignidad y para que pueda ofrecer a los demás el respeto que se merecen.