Antes de comenzar tu retiro, toma una breve pausa y relájate. Respira profundamente. Recuerda lo mucho que te ama Dios.
Mateo 19:20-22
El joven le dijo: “Todo eso lo he cumplido, ¿qué me queda por hacer?” Jesús le contestó: “Si quieres ser perfecto, ve, vende tus bienes, dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después, sígueme. Al oírlo, el joven se fue triste, porque era muy rico.
Nunca supimos el nombre del joven. Lo que sabemos es que cumplía los mandamientos y que estaba sujeto a sus posesiones. Jesús lo sabía, pero ello no hizo que dejara de invitarle a llegar a algo más. Jesús invita a los jóvenes a que se liberen de sus posesiones y que vivan por Dios. La invitación de Jesús siempre nos lleva a una mayor libertad. Al igual que el joven rico, nosotros a veces nos enfocamos en lo que se nos va a pedir que dejemos cuando respondemos a la llamada de Jesús en lugar de pensar en lo que vamos a ganar con ello. Jesús nos reta a que seamos capaces de mirar más allá de nosotros mismos para que podamos tener una visión más amplia.
¿Hay algo en mi vida que me impide seguir a Jesús más de cerca?
¿Cómo me ha llevado a ser más libre el responder a la llamada de Jesús?
(Habla con Jesús usando estas palabras o las tuyas propias). Jesús, hijo de Dios, quiero amarte con todo mi corazón. Sigue invitándome a dejar todo aquello que me impide seguirte con todo mi ser.