Al comenzar tu retiro, deja de lado todas tus distracciones. Respira profundamente. Abre tu mente y tu corazón a Dios.
Marcos 6:41
Tomó los cinco panes y los dos pescados, alzó la vista al cielo, bendijo los panes y los partió y se los fue dando a los discipulos para que los sirvieran y repartió los pescados entre todos.
El amor de Dios brota abundantemente para satisfacer nuestras necesidades. Jesús lo sabía y partió el pan con confianza. Después de que Jesús compartiera la escasa comida disponible y diera de comer a los miles reunidos, hubo más provisiones al final que al principio. Nosotros, como los miles de hambrientos en el evangelio, estamos invitados a compartir en la vida de Jesús. Cuando nos reunimos en la misa para recibir la Eucaristía, experimentamos la abundancia exuberante de Dios.
¿Cuándo he sido consciente de la abundancia exuberante de Dios en mi vida?
¿Cuál anhelo mío podría pedir hoy a Jesús que satisfaga?
(Reza reverentemente esta oración o hazlo usando tus propias palabras). Jesús, multiplícate en mi vida para que pueda llegar a la gente necesitada.