Antes de comenzar tu retiro, toma una breve pausa. Respira profundamente tres veces. Sé consciente de la presencia amorosa de Dios, quien te acompaña en esta jornada de crecimiento y descubrimiento.
Lucas 21:1-2
Levantando la vista observó a unos ricos que depositaban sus donativos en el arca del templo. Observó también, a una viuda pobre que ponía unas moneditas.
A primera vista, ambas acciones parecen igual: dos personas depositando donativos en el templo. Mientras se desarrolla la historia, sin embargo, nos damos cuenta de que los donativos no son iguales. Uno da de lo que le sobra, el otro de lo que necesita. Ya sea nuestro tiempo o nuestro dinero, nuestro dar viene de un deseo de compartir lo que tenemos con los demás. Tiene que ver con la justicia, y la justicia está basada en el amor. En la Escritura frecuentemente vemos la justicia de Dios expresada a través de la compasión por los enfermos, los pobres y los necesitados. Como seguidores de Jesús, respetamos a los demás tratándolos con la misma compasión con que nos trata Dios.
¿Con quién puedo compartir hoy mi tiempo, talento o tesoro?
¿Qué tan dispuesto estoy a dar de lo que necesito en vez de dar de lo que me sobra?
(Reza a Dios la siguiente oración o hazlo usando tus propias palabras.) Dios compasivo, tú sabes los secretos de nuestros corazones. Convierte mi ofrenda, aunque sea pequeña, en algo útil para aquellos cuyas necesidades solo tú conoces.