Al comenzar tu retiro, deja de lado todas tus distracciones. Respira profundamente. Abre tu mente y tu corazón a Dios.
Mateo 3:17
Se oyó una voz del cielo que decía: “Este es mi Hijo querido, mi predilecto.”
¿Quién no se puede imaginar cómo se debió de sentir Jesús cuando escuchó esas palabras? Jesús acababa de ser bautizado por Juan. Ahora, lleno del Espíritu Santo y convencido del amor de su Abba, su Padre, Jesús estaba listo para comenzar su ministerio público. El núcleo de la misión de Jesús era revelar el amor íntimo e incondicional de Dios. Es a través de Jesús como llegamos a conocer el amor que el Padre nos tiene. Como seguidores de Jesús también nosotros podemos estar seguros de que somos los hijos amados de Dios.
¿Cómo me hace sentir el ser hijo amado de Dios?
¿Cuál es mi respuesta al amor incondicional que Dios me tiene?
(Habla con Dios con tus propias palabras o hazlo con la siguiente oración). Dios que nos amas, gracias por enviarnos a Jesús para enseñarnos tu amor. Ayúdame a recordar que soy tu hijo amado de quien estás orgulloso.