Antes de comenzar tu retiro, haga una pausa por unos momentos para relajarte. Tomar unas respiraciones profundas y seas consciente de la presencia amorosa de Dios dentro de ti.
Santiago 3:7-9
La raza humana es capaz de domar y domesticar toda clase de fieras: aves, reptiles y peces. Pero nadie logra dominar la lengua…Con ella bendecimos al Señor y Padre, con ella maldecimos a los hombres creados a imagen de Dios.
A menudo oímos decir que debemos de pensar antes de hablar. La lengua puede ser un arma peligrosa o una fuente de alabanzas. El Octavo Mandamiento nos reta a honrar a la verdad. La verdad es que estamos hechos a la imagen y semejanza de Dios y se nos pide mostrar respeto por toda la creación de Dios. Cuando dejamos que nuestras palabras sean guiadas por el Espíritu Santo éstas transmiten misericordia y compasión. Nuestra manera de hablar puede ayudar a los demás a crecer y no a echarles abajo. Servimos al reino de Dios cuando decimos la verdad con amor.
¿Cómo puedo poner hoy mi lengua al servicio del Reino de Dios?
¿Hay alguien en mi vida especialmente necesitado de palabras de misericordia y compasión? ¿Qué le puedo decir a esa persona?
(Habla con Jesús con tus propias palabras o hazlo con la siguiente oración). Jesús, Hermano, abre mis ojos para que pueda ver la semejanza con Dios en cada persona con quien me encuentre. Enséñame a decir la verdad con amor.