Dedica unos momentos a relajarte y a encontrar la serenidad interior. Presta atención a tu respiración. Sé consciente de la presencia de Dios en la parte más profunda de tu ser.
1 Juan 4:16
Nosotros hemos conocido y hemos creído en el amor que Dios nos tuvo. Dios es amor: quien conserva el amor permanece con Dios y Dios con él.
En este pasaje escuchamos el testimonio de alguien que habla con el corazón. Sólo una persona que ha experimentado el amor incondicional y transformador de Dios puede hablar con tanta convicción. Tal experiencia no provoca que la persona se retire y aísle sino que la conduce más profundamente hacia la comunidad. Cuando estamos llenos del amor de Dios, nuestra reacción nos conduce a ayudar al prójimo. El amor de Dios es algo que tiene que compartirse. Eso es lo que vemos en el amor entre las tres personas de la Santísima Trinidad. La Trinidad es una comunidad de amor que se derrama hacia toda la creación. A todos se nos ha ofrecido la oportunidad de conocer y creer en el amor incondicional de Dios.
¿Quién me ha ayudado a descubrir el amor de Dios en mi vida?
¿Cómo puedo ayudar a que otros descubran hoy el amor de Dios?
(Dale gracias a Dios con tus propias palabras o usando la siguiente oración). Gloria al Padre, gloria al Hijo y gloria al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.