Antes de comenzar tu retiro, toma una breve pausa. Respira profundamente tres veces. Sé consciente de la presencia amorosa de Dios, quien te acompaña en esta jornada de crecimiento y descubrimiento.
Lucas 2:28-32
Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: “Ahora, Señor, según tu palabra, puedes dejar que tu sirviente muera en paz porque mis ojos han visto a tu salvación, que has dispuesto ante todos los pueblos como luz para iluminar a los paganos y como gloria de tu pueblo Israel”.
Ningúna señal externa hizo saber a Simeón que el bebé llevado al templo por María y José era el Mesías. Simeón escuchaba al Espíritu Santo y reconoció al Mesías. El mismo Espíritu Santo nos habla para darnos entendimiento y guiar nuestras relaciones con Dios, con los demás y con nosotros mismos. Cuando escuchamos al Espíritu Santo entendemos cómo Dios está presente en nuestra vida. Entonces podemos tomar buenas decisiones.
¿Cuándo soy más capaz de escuchar lo que me sugiere el Espíritu Santo?
¿Cómo puedo crear un ambiente que también ayudará que otros estén atentos al Espíritu Santo?
(Rezar al Espíritu Santo usando esta oración o una de las tuyas.) Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor. Envía tu Espíritu y todo será creado. Y renueva la faz de la tierra.