Antes de comenzar tu retiro, toma una breve pausa. Respira profundamente tres veces. Sé consciente de la presencia amorosa de Dios, quien te acompaña en esta jornada de crecimiento y descubrimiento.
Lucas 1:38
Yo soy la sirvienta del Señor: que se cumpla en mí según tu palabra.
A las personas en general no nos gusta decirle no a los demás. Queremos decir sí a lo que se nos pide porque si no lo hacemos es posible que dejemos de caerles bien. Tememos que piensen que no somos buenas personas o los buenos católicos que se supone debemos ser. Otras veces queremos tener control sobre el resultado cuando decimos que sí. Pero piensa en esto: el sí que le dio María a Dios fue uno de rendición total. No tiene un atisbo de esperar o querer tener control alguno. Este es el sí que Dios quiere de nosotros. Este es el sí por el que debemos trabajar en nuestra relación con Dios.
¿Qué es lo que me impide ofrecer mi vida a Dios al igual que lo hizo la Virgen María?
¿Qué gracia necesito para ofrecer esos obstáculos a Dios y decir sí como lo hizo María?
(Habla con María rezando la siguiente oración o usando tus propias palabras.) María, tu pronunciaste el sí perfecto. Intercede por mí junto a tu Hijo para que logre alzarme y dar un sí total, sincero y verdadero.