Antes de comenzar tu retiro, prepárate tomando una pausa para relajarte. Respira lenta y profundamente. Cuando estés relajado, deja que la presencia bondadosa de Dios te llene con cada respiración que tomes.
Deuteronomio 31:8
El Señor avanzará ante ti. El estará contigo, no te dejará ni te abandonará. No temas ni te acobardes.
Tenemos muchas razones para confiar en Dios. El libro del Deuteronomio promete que el Señor va ir siempre delante de nosotros y que nunca nos abandonará. Jesús es el cumplimiento de esta promesa. Gracias a la Encarnación, Jesús nos acompaña en nuestra experiencia humana. Cuando llamamos a Jesús, Emmanuel (que significa “Dios con nosotros“), nos acordamos de que no estamos solos. Después de la Resurrección, Jesús envió al Espíritu Santo para que estuviera con los discípulos y permaneciera siempre con nosotros. No hay por qué temer.
¿Cuándo fue la última vez que me preocupé por un evento futuro que se escapaba de mi control?
¿Cuándo he sentido la convicción de que el Señor camina delante de mí?
(Habla con Dios usando tus propias palabras o recitando la siguiente oración). Dios amoroso, gracias por tu constante presencia entre nosotros. Cuando esté tentado de dudar de tu promesa, ayúdame a confiar en que nunca me abandonarás.