Dedica unos momentos a relajarte y a encontrar la serenidad interior. Presta atención a tu respiración. Sé consciente de la presencia de Dios en la parte más profunda de tu ser.
Salmos 95:7
Porque él es nuestro Dios y nosotros el pueblo que apacienta, el rebaño que cuida. ¡Oh, si escuchasen hoy su voz!
Jesús, el Buen Pastor, nos guía y protege en nuestro camino hacia al Padre. Con tantas voces reclamando nuestra atención, escuchar la voz de Dios es un verdadero reto. Contemplemos la obediencia de Jesús a sus padres, su fidelidad a los Diez Mandamientos y su aceptación de la voluntad del Padre. Jesús nos guía por el camino de la salvación. Al seguir a Jesús conocemos más profundamente¬† el amor de Dios por nosotros. Esto, por su parte, nos libera para que podamos parecernos cada vez más a Jesús.
¿Qué voces compiten con la voz de Jesús, el Buen Pastor, en mi vida diaria?
¿Cómo respondo a todas esas voces?
(Habla con Jesús usando tus propias palabras o recitando la siguiente oración). Buen Pastor de mi vida, llévame de la muerte a la vida.