Dedica unos momentos a relajarte y a encontrar la serenidad interior. Presta atención a tu respiración. Sé consciente de la presencia de Dios en la parte más profunda de tu ser.
Salmos 33:6
Por la palabra del Señor se hizo el cielo, por el aliento de su boca las constelaciones.
Posiblemente ningún otro lugar en la Escritura revela con más claridad el poder de la Palabra que el acto de la creación. Todo lo que Dios imaginaba se realizó a través de la Palabra de Dios.Y vió Dios que todo era muy bueno. Nosotros tenemos el mismo poder. Nuestras palabras no pueden crear montañas o ríos, pero sí tienen el poder de construir y derribar. Recuerda los momentos cuando sentiste el poder de una palabra que hirió tu amor propio o la alegría que resultó de una palabra amable proninciada durante un día difícil. Al compartir en la imaginación creativa de Dios, participamos en el contínuo trabajo de la creación.
¿Dónde y cómo puedo usar hoy mi poder del habla para continuar el trabajo de la creación de Dios?
¿Quién me ha fortalecido con sus palabras?
(Reza Dios la siguiente oración o hazlo usando tus propias palabras.) Creador de todo lo bueno, gracias por el don del habla y por la habilidad de compartir en tú creación contínua de todo lo que existe. Ayúdame a pronunciar palabras de amor y aliento a aquellos con los que me encuentre.