Dedica unos momentos a relajarte y a encontrar la serenidad interior. Presta atención a tu respiración. Sé consciente de la presencia de Dios en la parte más profunda de tu ser.
Joel 3:1
Después derramaré mi espíritu sobre todos: sus hijos e hijas profetizarán, sus ancianos tendrán sueños, sus jóvenes verán visiones.
¿Sabías que cuando se derrama un vaso de agua parece como que aumenta de volumen y cubre todo lo que tiene alrededor? Parece que cobra vida para cubrir toda la mesa o para mojar todo lo que se le atraviesa. Así es el Espíritu de Dios que nos empapa con tanto amor que no puede contenerse. El Espíritu lo abarca todo, lo anima todo y lo llena de amor.
¿Es mi actitud una muestra de que el Espíritu de Dios vive en mí?
¿He sido compasivo y he ayudado a alguien hoy?
(Habla con Dios con las palabras que desees o hazlo con la siguiente oración). Espíritu de Dios, lléname para que sobreabunde de admiración y amor por ti. Permíteme expandir tu amorosa bondad a quienes están a mí alrededor.