Antes de comenzar tu retiro, prepárate tomando una pausa para relajarte. Respira lenta y profundamente. Cuando estés relajado, deja que la presencia bondadosa de Dios te llene con cada respiración que tomes.
Lucas 3:10
Entonces le preguntaba [a Juan el Bautista] la multitud: “Qué debemos hacer?”
A menudo hacemos esta pregunta a los demás cuando tratamos de hacer lo debido. Buscamos respuestas claras para las preguntas confusas que la vida nos hace. Eso es fácil de entender. Pero cuando nos hacemos esta pregunta a nosotros mismos la respuesta nos puede llevar a lo que nuestro corazón desea. ¿Has descubierto ya lo que desea tu corazón? Porque ahí es donde podemos escuchar la voz de Dios guiándonos. No tenemos que buscar fuera de nosotros mismos, sino en lo profundo de nuestros corazones.
Apartando toda la confusión del interior, ¿puedo nombrar aquello que desea mi corazón?
¿Qué es lo que me impide confiar en mí mismo como instrumento de la voz de Dios?
(Habla con Dios rezando la siguiente oración o usando tus propias palabras.) O Dios, mi divina guía, a veces olvido que estás aquí mismo, ahora. Olvido que me has dado la gracia de tu entendimiento sagrado; sólo tengo que abrirme a la posibilidad y decir sí. Digo sí ahora.