Antes de comenzar tu retiro, toma una breve pausa para dejar de lado todas las distracciones. Respira profundamente y descansa en la presencia amorosa de Dios.
Lucas 1:46-47
Lucas 1:46–47 Mi alma canta la grandeza del Señor, mi espíritu festeja a Dios mi salvador.
María, llena de la gracia del Espíritu Santo, exclama un canto de alabanza cuando visita a su prima Isabel. Las dos mujeres saben de las maravillas de Dios. Isabel, embarazada con Juan Bautista, alaba a María por su dedicación a Dios, y le llama bendita. María alaba a Dios por su amor a los más necesitados. María, Madre de Dios y Madre de la Iglesia, nos demuestra lo que es confiar y amar a Dios. Fue la primera en aceptar a Jesús en su vida y continúa hoy un modelo para nosotros.
¿Qué mueve mi corazón a cantar alabanzas a Dios o a invocar su ayuda?
¿Cómo puedo desarrollar el hábito de ofrecer gratitud y alabanza a Dios?
(Rezar a nuestro Padre usando la oración de alabanza de María o hazlo con tus propias palabras). Mi alma canta la grandeza del Señor, mi espíritu festeja a Dios mi Salvador.