Antes de comenzar tu retiro, respira profundamente y sé consciente de la presencia amorosa de Dios.
Genesis 1:1-2
Al principio Dios creó el cielo y la tierra. La tierra no tenía forma; las tinieblas cubrían el abismo. Y el soplo de Dios se movía sobre la superficie de las aguas.
Todos nosotros conocemos muy bien lo desorientados que nos podemos sentir cuando se trata de buscar, vagar o esperar alguna orientación en la vida. En la historia del Génesis la Palabra de Dios pone orden, equilibrio y belleza a la creación. Experimentamos a Dios en el mundo creado. Cuando consideramos la belleza del mundo y entendemos que después de cada acto creativo “Dios vio que todo cuanto había hecho era muy bueno“, entonces nos vamos haciendo cada día más conscientes de que el lugar especial que ocupamos en la creación nos otorga una dignidad y valor únicos. Para corresponder a ese don tenemos la responsabilidad tanto de cuidar la creación como de darle gracias y alabanzas a Dios.
¿Cómo respondo cuando me encuentro bajo presión o en una situación caótica?
¿Cómo busco al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo para que pongan orden, equilibrio, unidad y belleza en mi vida?
(Habla con el Padre celestial usando las palabras que desees o hazlo con la siguiente oración). Dios, tú que ordenas el caos para convertirlo en belleza, dale forma a mi vida bajo la acción del Hijo y del Espíritu Santo. Concédeme la gracia de reflejar tu amor y tu presencia a través de mis palabras y obras.