Antes de comenzar tu retiro, toma una breve pausa y relájate. Respira profundamente. Recuerda lo mucho que te ama Dios.
Juan 9:35-38
Oyó Jesús que lo habían expulsado y, cuando lo encontró, le dijo: “¿Crees en el Hijo del Hombre?” Contestó: “¿Quién es, Señor, para que crea en él?” Jesús le dijo: “Lo has visto: es el que está hablando contigo.” Respondió: “Creo, Señor.” Y se postró ante él.
El final de la historia del hombre ciego de nacimiento nos da mucho en lo que pensar. El hombre, que es físicamente ciego al principio de la historia, no solo recupera la vista sino que también logra una nueva percepción de la identidad de Jesús. él llama a Jesús “profeta“, “hombre que viene de Dios“ y finalmente “Señor“. Incluso arriesgando el ser rechazado dentro de su comunidad, el hombre ciego de nacimiento tomó partido al decir: “Creo, Señor“. Cuando la historia termina, él es el único capaz de ver la verdadera identidad de Jesús. Un encuentro inesperado fue todo lo que necesitó para creer. La afirmación de su fe le llevó a creer.
¿Qué es lo que veo con más claridad gracias a mi fe en Jesús?
¿Qué es lo que en mi vida me impide tener una fe más profunda?
(Habla con Jesús usando estas palabras o las tuyas propias). Creo, Señor.