Antes de comenzar tu retiro, prepárate tomando una pausa para relajarte. Respira lenta y profundamente. Cuando estés relajado, deja que la presencia bondadosa de Dios te llene con cada respiración que tomes.
Salmos 139:1-3
Señor, tú me sondeas y me conoces. Sabes cuando me siento o me levanto, de lejos percibes mis pensamientos; disciernes mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares.
Estos versículos del salmo 139 hablan de cómo Dios nos ama y cómo Dios sabe todo acerca de nosotros, conoce cada fibra y cada pensamiento. Dios ama con ese tipo de amor que nos es difícil de entender. Lo bueno es que no tenemos que entenderlo, sino simplemente estar abiertos a recibirlo y dejar que eche raíz en nosotros.
¿Cómo me siento cuando reflexiono sobre el amor omnisciente de Dios por mí?
¿De qué forma siento que puedo compartir ese amor con mayor libertad?
(Habla con Dios usando las palabras que desees o hazlo con la siguiente oración). Dios amoroso, gracias por el valioso regalo de tu amor. Gracias por estar siempre ahí para mí, listo para ayudarme en todo lo que te pida.