Mientras te preparas para el retiro, deténte unos momentos y prestes atención a tu respiración. Tomar tres respiraciónes lentas y profundas, y recuérdate que estás en la presencia amorosa de Dios.
Salmos 67:7
La tierra ha dado su cosecha:
nos bendice Dios, nuestro Dios.
El cuidar de la creación es un trabajo duro. Tanto si el cultivo de los campos es una forma de ganarnos el sustento o una afición, necesita de planificación, cuidados y a menudo de duro trabajo físico. También implica el saber dejar que la naturaleza lleve su curso. Nosotros hacemos nuestra parte y después le rezamos a Dios para que nos conceda buen tiempo y nos proteja de las pestes. Lo que nosotros hacemos es esencial para la cosecha, pero el cómo va ser la cosecha está fuera de nuestro control. El salmista nos recuerda que la cosecha es una bendición de Dios, quien por su amor creó la tierra y todas las criaturas. La cosecha de la tierra, en todas sus formas, es una respuesta directa al tierno cuidado de Dios. Todos estamos llamados a continuar el trabajo de Dios cuidando del mundo.
¿Cómo demuestro mi amor por el mundo?
¿Qué parte de la creación me ha sido encomendada cuidar hoy?
(Habla con Dios con tus propias palabras o hazlo con la siguiente oración). ¬† Dios de la cosecha, gracias por las bendiciones de las que estoy rodeado. Ayúdame a cuidar de todos los seres vivos.