Antes de comenzar tu retiro, toma una breve pausa y relájate. Respira profundamente. Recuerda lo mucho que te ama Dios.
Exodo 14:21-22
Moisés extendió la mano sobre el mar, el Señor hizo retirarse al mar con un fuerte viento del este que sopló toda la noche; el mar quedó seco y las aguas se dividieron en dos. Los israelitas entraron por el mar a pie, sin mojarse, y las aguas les hacían de muralla a dercha e izquierda.
Dios le prometió a su pueblo que sería siempre su guía y protector. Cuando experimentamos momentos de dificultad nos sentimos como los hebreos, atrapados entre los egipcios y el Mar Rojo. Podríamos sentirnos atrapados sin salida. Ese es el momento en que nos volteamos hacia el Dios de nuestra fe, el Dios que guió a los israelitas y que nos prometió protegernos y guiarnos sanos y salvos, así como lo hizo con los israelitas.
¿Recuerdas algún momento en el que tu fe te guió a tierra firme?
¿Tu fe en Dios te ha llevado a ver las cosas de una manera nueva o diferente?
(Habla con Dios usando tus propias palabras o recitando la siguiente oración). Dios fiel, gracias por el don valiosísimo de la fe. Gracias por estar siempre ahí por mí, listo para ayudarme cuando te pido ayuda.