Dedica unos momentos a relajarte y a encontrar la serenidad interior. Presta atención a tu respiración. Sé consciente de la presencia de Dios en la parte más profunda de tu ser.
Rut 1:16
Pero Rut contestó: “No insistas en que te deje y me vuelva. A donde tú vayas, yo iré, donde tú vivas, yo viviré; tu pueblo será el mío, tu Dios será mi Dios”.
Rut le dirige estas palabras a Noemí, su suegra. Las palabras sencillas de este pasaje bíblico son un ejemplo de fidelidad verdadera y de amor. Dios nos ama con un amor ilimitado. Lo que quiere de nosotros como respuestas es nuestro amor y fidelidad.
¿Soy fiel a mis promesas bautismales?
¿Se manifiesta mi fidelidad a Dios en lo que hago, digo y pienso?
(Reza reverentemente esta oración o hazlo usando tus propias palabras.) Dios fiel, haz que sea consciente de tu presencia amorosa.