Antes de comenzar tu retiro, toma una breve pausa y relájate. Respira profundamente. Recuerda lo mucho que te ama Dios.
Juan 15:12
Este es mi mandamiento: que se amen unos a otros como yo los he amado.
¿Qué tan familiares son para nosotros estas palabras de Jesús? Quizá son tan familiares que perdieron su significado. Jesús compartió con sus discípulos el mismo amor que recibió del Padre. Lo que para Jesús es muy claro, a nosotros a veces nos puede parecer vago. Pero si somos capaces de amarar es porque Dios nos amó primero. Una cosa es tenerlo claro en la cabeza y otra muy distinta es estar convencido en el corazón. La clave está en dedicar tiempo de nuestra vida tan ocupada a que Dios nos ame, que nos detengamos un momento para sentir el amor personal de Dios por nosotros. El amor hacia los demás fluye de manera natural a partir de nuestra más profunda convicción del amor personal de Dios por nosotros.
¿Cómo puedo hoy abrirme completamente al amor de Dios?
¿En qué se fundamenta más mi experiencia de Dios, en el conocimiento o en el sentimiento? ¿Cómo los puedo combinar?
(Habla con Dios con las palabras que desees o hazlo con la siguiente oración). Dios amoroso y bondadoso, gracias por el amor que has derramado sobre nosotros al darnos a tu Hijo Jesús. Ayúdame a profundizar en tu amor y a compartirlo con quienes conozco.