Dedica unos momentos a relajarte y a encontrar la serenidad interior. Presta atención a tu respiración. Sé consciente de la presencia de Dios en tu interior.
Marcos 1:17-18
Jesús les dijo: “Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres.”
Cuando observamos cómo los niños juegan con juguetes, con frecuencia podemos ver que un juguete favorito es abandonado sin pensarlo dos veces para tomar algo nuevo. El niño lo hace sin ni siquiera darse cuenta de que ha dejado algo atrás. Tal vez debamos aprender de la manera de jugar de los niños. Cuando escuchamos este pasaje tendemos a pensar en el gran paso que supuso para los primeros discípulos el abandonar sus redes. Tal vez debiéramos ver la respuesta de los discípulos como la de un niño ante un juguete nuevo y excitante. Los discípulos son ejemplo de cómo aceptar con alegría e ilusión la invitación para mostrar el amor de Dios a los demás.
¿Cómo y cuándo has tenido la experiencia de ser llamado por Jesús?
¿Qué has “dejado atrás“ para seguirle? ¿Qué has descubierto o ganado?
(Habla con Jesús rezando la siguiente oración o usando tus propias palabras.) Te seguiré, Jesús. Cuando tenga ganas de llorar, te seguiré. Cuando esté ilusionado, te seguiré. Cuando esté cansado, te seguiré. Todos los días de mi vida te seguiré, Jesús.