Dedica unos momentos a relajarte y a encontrar la serenidad interior. Presta atención a tu respiración. Sé consciente de la presencia de Dios en la parte más profunda de tu ser.
Juan 20:21-22
Jesús repitió: “La paz esté con ustedes. Como el Padre me envió, así yo los envío a ustedes.” Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: “Reciban el Espíritu Santo.”
La paz es algo que todos tratamos de lograr en nuestras vidas. Muchas veces le pedimos a Dios que traiga paz a nuestros pensamientos, nuestros corazones y nuestras relaciones con los demás. Cuando Jesús se aparece a sus discípulos él sabe cuáles son sus preocupaciones y les ofrece la paz. Paz no es sólo la ausencia de conflicto. Paz es la realidad que existe cuando el cielo y la tierra están en “conexión“. La paz que Jesús ofrece a los discípulos es el conocimiento de que Dios está presente, que a Dios le importamos y que Dios estará con ellos.
¿Cómo puedo dejar que la paz de Cristo entre en mi vida?
¿Cómo puedo ayudar a los otros a entender la paz del amor de Dios para que así ellos puedan amar también a los demás?
(Habla con el Espíritu Santo rezando la siguiente oración o usando tus propias palabras.) Ven Espíritu Santo, aliento del cielo, tráeme paz y ayúdame a llevar la paz a los demás.