Dedica unos momentos a relajarte y a encontrar la serenidad interior. Presta atención a tu respiración. Sé consciente de la presencia de Dios en tu interior.
1 Corintios 13:12-13
Ahora vemos como en un mal espejo, confusamente, después veremos cara a cara. Ahora conozco a medias, después conoceré tan bien como Dios me conoce a mí. Ahora nos quedan tres cosas: la fe, la esperanza, el amor. Pero la más grande de todas es el amor.
Nunca sabemos si el trabajo que hacemos por otros dará frutos. A veces hay momentos que nos dejan entrever un posible resultado positivo, pero la mayoría de las veces no podemos estar seguros. Las virtudes de la fe, la esperanza y el amor nos ofrecen consuelo y júbilo por lo que hacemos por los demás en nombre de Dios. Intentamos que nuestras palabras y nuestras obras sean muestra de que Dios creó para nosotros un mundo maravilloso y desea tener una relación con nosotros. El resultado no lo podemos controlar. Pero creemos que las buenas obras realizadas con amor darán su fruto cuando Dios así lo quiera.
¿Tengo paciencia y acepto no poder controlar si el resultado va a ser el deseado?
¿Cómo he vivido la fe, la esperanza y el amor en las buenas obras que hago por los demás?
(Habla con Dios rezando la siguiente oración o usando tus propias palabras). Dios, gracias por llamarme a tener una relación contigo. Cuida de mí y guíame en la fe, la esperanza y el amor.