Dedica unos momentos a relajarte y a encontrar la serenidad interior. Presta atención a tu respiración. Sé consciente de la presencia de Dios en la parte más profunda de tu ser.
Efesios 2:19-20
De modo que ya no son extranjeros ni huéspedes, sino conciudadanos de los consagrados y de la familia de Dios; edificados sobre el cimiento de los apóstoles, con Cristo Jesús como piedra angular.
La carta a los Efesios describe a la Iglesia como un templo edificado con piedras vivas. Jesús, la piedra angular, mantiene todo unido. El es la fuente de la fuerza de la Iglesia. Como miembros de la Iglesia, nos apoyamos en esos mismos sólidos cimientos. Los santos que nos han precedido nos muestran cómo edificar nuestras vidas sobre esos cimientos. Hoy nos reunimos tanto con ellos como con los que vendrán, como miembros de la casa de Dios.
¿Cuándo he experimentado a la Iglesia como un “templo de piedras vivas“, en vez de cómo un edificio?
¿Cómo podría el Espíritu Santo llamarme a fortalecer mi relación con otros dentro de la Iglesia?
(Habla con Jesús rezando la siguiente oración o usando tus propias palabras). Señor Jesús, ayúdame reconocer la llamada de tu Espíritu a ser una piedra viva de la Iglesia, para que pueda dar testimonio de tu presencia en el mundo.