Dedica unos momentos a relajarte y a encontrar la serenidad interior. Presta atención a tu respiración. Sé consciente de la presencia de Dios en la parte más profunda de tu ser.
Mateo 16:24
Entonces Jesús dijo a los discípulos: “El que quiera seguirme que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz y me siga.”
¿Cómo puedo dejar una cosa más cuando tanto me ha sido quitado? ¿Cómo puedo soportar el peso de otra cruz más? Las palabras de Jesús no tenían la intención de agobiar a las personas con más penas todavía; tienen la intención de ser liberadoras. Retan al que las escucha a ver las dificultades, y toda nuestra vida, a la luz de la Buena Nueva. Es Dios, no las dificultades, lo que define nuestras vidas. Soportar el peso de la cruz es seguir a Jesús en el sufrimiento y la muerte y en la alegría y la vida nueva.
¿En qué punto del camino hacia Jesús me encuentro?
¿De qué manera dejo que mis circunstancias me definan? ¿Cómo me define Dios?
(Habla con Dios rezando la siguiente oración o usando tus propias palabras.) Jesús, ayúdame a seguirte hasta el final de la tierra; que me enfrente a todas mis alegrías y tristezas con el conocimiento certero de que estás en el centro de mi ser.