Antes de comenzar tu retiro, prepárate tomando una pausa para relajarte. Respira lenta y profundamente. Cuando estés relajado, deja que la presencia bondadosa de Dios te llene con cada respiración que tomes.
Salmos 96:3
Cuenten a los gentiles su gloria, sus maravillas a todos los pueblos.
Hay días en los que sentimos la presencia de Dios y queremos cantarle alabanzas. Y hay días en los que nuestros corazones se sienten oscuros y nos preguntamos si Dios está realmente cerca. Podemos estar ocupados y no ver las bendiciones que Dios nos ofrece. Una forma de reconocer esas bendiciones de cada día es con la reflexión personal. Al hacer que notar la obra de Dios en nuestras vidas sea un hábito, podemos dejar que la luz de Dios brille en las oscuridades que sintamos. Es entonces cuando, como el salmista, podemos proclamar la gloria de Dios.
¿De qué bendiciones soy consciente en este momento?
¿Cómo puedo hacer tiempo en mi vida para la reflexión personal?
(Reza a Dios usando estas palabras o las tuyas propias.) Dios, ayúdame a ir más despacio y a ser consciente de las muchas formas en que me bendices cada día para que crezca en la práctica de la gratitud.