Antes de comenzar tu retiro, toma una breve pausa y relájate. Respira profundamente. Abre tu mente y tu corazón a Dios.
Mateo 18:19-20
Les digo también que si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra para pedir cualquier cosa, mi Padre del cielo se la concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi nombre, yo estoy allí, en medio de ellos.
Rezar junto a otros puede ser una experiencia que nos da consuelo y fortaleza. El compartir la oración o el reunirse para rezar por una intención común crea un vínculo especial entre las personas. El vínculo une a los que rezan y a la persona o situación por la que se ofrece la oración. La oración nos transforma. Como se nos dice en el pasaje de Mateo, cuando rezamos con los demás Jesús está presente entre nosotros. Su presencia nos asegura que nuestras oraciones serán escuchadas, pero tendrán su respuesta a la manera y tiempo de Dios.
¿Por qué intenciones quiero rezar hoy?
¿Cómo siento la presencia de Jesús cuando me uno a otros en oración?
(Habla con Jesús rezando la siguiente oración o usando tus propias palabras.) Jesús, mi Hermano, gracias por animarme a llevarte mis necesidades. Ayúdame a estar abierto a tu presencia transformadora en mi vida.