Al comenzar tu retiro, deja de lado todas tus distracciones. Respira profundamente. Abre tu mente y tu corazón a Dios.
Efesios 4:5-6
…un sólo Señor, una sola fe, un sólo bautismo, uno es Dios, Padre de todos, que está sobre todos, entre todos, en todos.
Cada uno tiene dones diferentes, sin embargo estamos todos llamados a la unidad como miembros de la familia de Dios. A través de los sacramentos nos unimos más a Jesús y recibimos la fortaleza que nos da el Espíritu Santo. Como miembros de la Iglesia debemos reflexionar en la unidad de la Santísima Trinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Cuando nos desviamos de nuestra devoción a Dios al pecar, Dios nos ofrece su misericordia mediante el sacramento sanador de la Penitencia. Se nos dan estos maravillosos dones de la gracia de Dios para que podamos seguir a Jesús más de cerca y servir a los demás.
¿Cómo fortalecen la Eucaristía y el Espíritu Santo los dones únicos que Dios me ha dado?
¿Cómo puedo ayudar a otros a reconocer que sus diferentes dones son buenos y a respetar los dones de los demás?
(Reza a Dios la sguiente oración o hazlo usando tus propias palabras.) Dios de la unidad y la sanación, llévame a una apreciación más profunda de mis dones y de los dones de quienes me rodean.