Antes de comenzar tu retiro, toma una breve pausa para enfocarte en tu interior. Respira lenta y profundamente mientras recuerdas que estás en la presencia amorosa de Dios a lo largo de esta jornada de amor.
Mateo 22:37-39
Jesús le respondió: “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el precepto más importante; pero el segundo es equivalente: Amarás al prójimo como a ti mismo”.
Los Diez Mandamientos nos presentan¬† una manera de vivir. Los tres primeros relatan cómo mostrar amor a Dios y los siete siguientes cómo debemos vivir en relación los unos con los otros. Jesús condensó estos mandamientos en dos y dejó muy claro su impacto: el amor debe ser la Ley de nuestra vida. El amor es la base de nuestra relación con Dios y con los demás. Es fácil poner otras cosas en nuestra vida por delante de Dios y, en consecuencia, por delante de nuestra preocupación por los demás. Tratar de hacer que el amor sea la ley de nuestra vida nos garantiza que mantendremos como principal prioridad el amor a Dios y a los demás.
¿Hay algo ahora en mi vida que es para mí más importante que Dios?
¿Cómo demuestran mis decisones que Dios es más importante en mi vida que cualquier otra cosa?
(Habla con Jesús rezando la siguiente oración o usando tus propias palabras). Dios de amor, deseo amarte con todo mi corazón, alma y mente. Enséñame a vivir tu ley de amor.